sábado, 9 de junio de 2012

POLÍTICA, IGLESIA Y FE
 
La mayor parte de la ideología de la O, se fundamenta en documentos
y filosofía del siglo pasado, no obstante, se actualiza ante el nuevo modo de vida.
Pero los principios fundamentales son inalterables; de ahí que citemos
algo de La Concepción Cristiana de la Vida Pública:
“Dios Creador, realidad suprema, autor de la vida individual, familiar y social,
ha marcado a la humanidad unos caminos. Hombres y pueblos los recorren
con libertad porque su obra es libre. El orden cristiano, hay que recordarlo,
es esencialmente un orden de libertad.
Los planes divinos acerca de la humanidad resultan, en su ejecución, los imperfectos,
porque los hombres los descomponen, cosa que el propio Dios permite por respetar
nuestro libre albedrío. Pero existe ese orden querido por Dios.
Cristo, Redentor nuestro, dueño y señor de los hombres y soberano de todas
 y cada una de las realidades sociales y políticas del mundo, no sólo regeneró
al hombre caído sino también a la sociedad, igualmente degenerada.
 
De la doctrina de su Evangelio brota espontáneamente el sistema mejor
para constituir y gobernar la sociedad civil y aún al propio Estado.
La Iglesia Católica y, a su frente, el Pontífice Romano, guardianes de las normas
inmutables de la moral y de la justicia, depositarios e intérpretes de la doctrina evangélica,
son, por misión divina, los definidores de la doctrina que surge de sólido fundamento
a la sociedad civil y al orden de los estados y los propulsores de las grandes
instituciones públicas, nacionales y ecuménicas.
 
Nunca ha pretendido la Iglesia que fuera de su seno y sin su enseñanza,
el hombre no pueda conocer alguna verdad moral. Lo que dice es que por
la institución recibida de su santo fundador, Jesucristo, y por la asistencia
del Espíritu Santo, enviado del Padre, es ella la única que posee la verdad moral.
 
 
CAMINOS ERRADOS
 
No quiere esto decir que la Iglesia deba inmiscuirse en el gobierno de los estados,
porque religión y política son, por su naturaleza específica, diferentes. Pero sí,
que es erróneo buscar la norma constitucional de la vida política al margen
de las doctrinas de la Iglesia, y montar sus instituciones, trazar su ordenamiento
jurídico o dictar sus leyes fundamentales sin tenerlas en cuenta.
Ante este planteamiento que nos presenta la doctrina,
¿Usted cómo califica al actual gobierno? ¿Observa los principios cristianos?
¿Refleja realmente los ideales del Yunque?
 
NUEVO MUNDO
 
Un documento valorado de manera especial por la Orquesta, es una histórica
declaración del Episcopado Francés, que hoy nos permite catalizar la actuación
de los gobiernos que se dicen ejercidos por católicos.
El pronunciamiento referido de los obispos menciona lo siguiente:
“En la etapa actual del devenir humano, la acción política –que implica caminos
cada vez más variados-, puesto que se vierte en una dimensión de la vida cotidiana,
reviste una importancia particular.
 
Esta importancia creciente de la política resulta del nacimiento de lo que se ha
llamado un “nuevo mundo”. Se trata de una gran verdad. Las innovaciones
de la tecnología y los cambios de la cultura crean condiciones nuevas para el niño,
para el adolescente, para el joven, para el adulto, para la persona madura, para la vida,
para la muerte, para el trabajo, para el saber, para el amor, para el poder.
Todo cambia rápidamente. La humanidad entera vive una especie
de éxodo gigantesco, ya que pasa de una era a otra.
 
Este paso, que se hace en medio del dolor y de la violencia, provoca en unos la esperanza,
en otros la inquietud. Si algunas sociedades, como la nuestra, se hacen más ricas,
la masa de los abatidos, de los marginados, disminuye poco. Los tiempos cambian,
las injusticias se renuevan y algunos se adaptan y, a sus ojos,
ahí está la tragedia del hombre.
 
El cristiano sabe que el mal viene de lejos. El pecado hunde al mundo,
pero el cristiano no es un resignado. Por obra de Jesucristo, muerto y resucitado,
el cristiano es portador de una esperanza que, aunque no se ciña a la tierra,
aclara suficientemente sus trabajos y sus luchas”.
Lo aquí expuesto, forma parte del pensamiento de los católicos que militan
en El Yunque, pero no todos los respetan, no todos lo aplican.
 
DE RISA
 
Andan muy fríos quienes andan en busca de mi identidad, es decir, mi nombre real.
Les doy una pista para que se acerquen un poco a la identidad buscada:
pertenezco a la generación de Marco Polo, también conocí en su época juvenil a
Francisco Arroyo Vieyra. En Guanajuato, donde he vivido. También estuve cerca
de militantes del partido comunista, mejor conocido como PSUM,
Partido Socialista Unificado de México.
 
Por cierto, me da gusto que algunos militantes del PSUM hayan recapacitado
y que su postura haya cambiado diametralmente y hoy, sirven a nuestra Causa.
Están ya al servicio de la derecha que tanto criticaron e incluso,
hoy están al servicio de nuestro Gobernador. Hoy viven bien gracias al dinero
de los capitalistas que tanto odiaban. Hoy, gracias a Dios, son compañeros
de viaje de los militantes del Yunque; hoy sirven a nuestros intereses,
y eso en términos de nuestra Organización, se llama conquista de voluntades.
Bienvenidos a la Lucha por nuestra Causa que es la de Dios y de la Patria.
 
Así que mis investigadores, mejor apunten para otro lado, porque su cañón es curvo.
 
“Sta firmus ut incus percussa”

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